miércoles, 7 de julio de 2010

Trazando mi destino, moldeado con caos.  


Pequeñas y valientes como soldados caen sus lágrimas, pero hoy no sabemos si aquellas son por dolor o por euforia...


Tu que lo observas a través de tus vidrios redondos no le entiendes, pero te atrapa y te toma recordando que el te llena a diario con su río interminable de amor y calma. Mientas retumba sobre el suelo con mil tambores, mil emociones, mil sueños que tocan su manto de espejo; aquel donde por primera vez osaste ver tu figura y sin miedo bebiste junto a él y de él y supiste lo que es vivir...


Esta noche viajaremos invocando su nombre, y en nuestra barcaza lo acariciaremos tratando de someterlo, que mal hacemos, pues él no es aquél que debe ser sometido ni retado, pues mirando sobre  aproa, captando su olor a frescura y sal averiguamos hacia donde hemos de parar. Y el limite no es él.


Oh pero mañana  o ayer, cualquier día cuando es invocado aquel con mantos celestes vagará por nuestros campos inundado con esperanza inclusive hasta lo que creíamos ver morir. Si lo veo perderse en la tierra seca , lloraré... Xes Esûl


-Del libro Hesheim, Riessei-

De los 12

Y fuerte como la montaña me  yergo

Sí, hablarás, y contarás con esa pacífica tristeza y grandiosa fuerza los tristes lamentos de tus hermanos, a los que sostienes con tus finitas manos a esta vida. Hoy en mi arrepentimiento miro hacia el suelo, buscando lo que el cielo no me dio, una esperanza. Me encuentro dichoso contigo, sabio, pues sabes esperar en tus piernas el tiempo de que aquellos pasen donde tus caminos se hayan, donde tus parajes los esperan.


Eres duro, como aquel que raspa y hiere mis pies al encontrarlo o como aquel por el cual la sangre tiñe el suelo. Pero eres suave en ciertos días, cuando tirado siento como acaricias mi rostro tomando a mi amigo sobre tus hombros llenos de amor, cuando cambias das tanta vida y los sabios te llaman, sabiendo que de ti la vida nace y crece esplendorosa como solo ella puede ser.


Pero no. Y cuando te has cansado de ser golpeado, insultado inclusive robado por aquél que proteges, que ni el más bravo de los seres puede apaciguarte o pre decirte, y ruges como cientos de miles de estampidas, derribando y destrozando a lo cual con tus poderosas manos diste forma. En esta vista tan lejana te alcanzo a tocar sintiendo con pena y amor como viven de ti .   Xes Esûl

-Del libro Hesheim, Galath-

lunes, 5 de julio de 2010

De los 12

En tu luz me pierdo. Ik  Maf



En la tierra virgen y de hermoso paisaje te encuentras tú, eterna dama vagabunda que se desliza con el caminar entrecortado y lento. Suspiras exhalando el viento del norte y la luz del cielo que cubre en la distancia los corazones incautos e ignorantes de los habitantes errantes de este mundo.


Que soy si no tuyo, y tu mirada que protectora mira con nostalgia los antiguos lugares por donde osaste posarte con tus grandes risos dororados, ahí donde volveras para perderte de nuevo y elevarnos con tu calor hacia el cenit...

Si tus alas cubren a aquel que osó marcar tu cielo con desdén hacia la vida, es por que lo amas, purificarás y seguirás besándolo - con esos labios tan benditos-  mientras él trata de desgarrar tu pecho ya ensangrentado. Y sigues sonriendo, aún cuando temes morir y marcas con esa imagen los ojos de los demás espectadores, que aún no podemos actuar. Si no camino hacia ti es por miedo a la felicidad, si aquel que llora pero en su pena no actúa viendo morir a su amor, es por miedo... miedo a que no vuelvas a reír. Que cuando descanses en tu lecho y ya no puedas soportar más la carga de la vida, desperdiciada por aquellos a los que quisiste iluminar, tendrás en cuenta que ellos te atacarán, aún cuando los ames más que a mi. Xes Esûl
          -Del libro Hesheim, Iricita-