miércoles, 7 de julio de 2010

Trazando mi destino, moldeado con caos.  


Pequeñas y valientes como soldados caen sus lágrimas, pero hoy no sabemos si aquellas son por dolor o por euforia...


Tu que lo observas a través de tus vidrios redondos no le entiendes, pero te atrapa y te toma recordando que el te llena a diario con su río interminable de amor y calma. Mientas retumba sobre el suelo con mil tambores, mil emociones, mil sueños que tocan su manto de espejo; aquel donde por primera vez osaste ver tu figura y sin miedo bebiste junto a él y de él y supiste lo que es vivir...


Esta noche viajaremos invocando su nombre, y en nuestra barcaza lo acariciaremos tratando de someterlo, que mal hacemos, pues él no es aquél que debe ser sometido ni retado, pues mirando sobre  aproa, captando su olor a frescura y sal averiguamos hacia donde hemos de parar. Y el limite no es él.


Oh pero mañana  o ayer, cualquier día cuando es invocado aquel con mantos celestes vagará por nuestros campos inundado con esperanza inclusive hasta lo que creíamos ver morir. Si lo veo perderse en la tierra seca , lloraré... Xes Esûl


-Del libro Hesheim, Riessei-

De los 12

Y fuerte como la montaña me  yergo

Sí, hablarás, y contarás con esa pacífica tristeza y grandiosa fuerza los tristes lamentos de tus hermanos, a los que sostienes con tus finitas manos a esta vida. Hoy en mi arrepentimiento miro hacia el suelo, buscando lo que el cielo no me dio, una esperanza. Me encuentro dichoso contigo, sabio, pues sabes esperar en tus piernas el tiempo de que aquellos pasen donde tus caminos se hayan, donde tus parajes los esperan.


Eres duro, como aquel que raspa y hiere mis pies al encontrarlo o como aquel por el cual la sangre tiñe el suelo. Pero eres suave en ciertos días, cuando tirado siento como acaricias mi rostro tomando a mi amigo sobre tus hombros llenos de amor, cuando cambias das tanta vida y los sabios te llaman, sabiendo que de ti la vida nace y crece esplendorosa como solo ella puede ser.


Pero no. Y cuando te has cansado de ser golpeado, insultado inclusive robado por aquél que proteges, que ni el más bravo de los seres puede apaciguarte o pre decirte, y ruges como cientos de miles de estampidas, derribando y destrozando a lo cual con tus poderosas manos diste forma. En esta vista tan lejana te alcanzo a tocar sintiendo con pena y amor como viven de ti .   Xes Esûl

-Del libro Hesheim, Galath-

lunes, 5 de julio de 2010

De los 12

En tu luz me pierdo. Ik  Maf



En la tierra virgen y de hermoso paisaje te encuentras tú, eterna dama vagabunda que se desliza con el caminar entrecortado y lento. Suspiras exhalando el viento del norte y la luz del cielo que cubre en la distancia los corazones incautos e ignorantes de los habitantes errantes de este mundo.


Que soy si no tuyo, y tu mirada que protectora mira con nostalgia los antiguos lugares por donde osaste posarte con tus grandes risos dororados, ahí donde volveras para perderte de nuevo y elevarnos con tu calor hacia el cenit...

Si tus alas cubren a aquel que osó marcar tu cielo con desdén hacia la vida, es por que lo amas, purificarás y seguirás besándolo - con esos labios tan benditos-  mientras él trata de desgarrar tu pecho ya ensangrentado. Y sigues sonriendo, aún cuando temes morir y marcas con esa imagen los ojos de los demás espectadores, que aún no podemos actuar. Si no camino hacia ti es por miedo a la felicidad, si aquel que llora pero en su pena no actúa viendo morir a su amor, es por miedo... miedo a que no vuelvas a reír. Que cuando descanses en tu lecho y ya no puedas soportar más la carga de la vida, desperdiciada por aquellos a los que quisiste iluminar, tendrás en cuenta que ellos te atacarán, aún cuando los ames más que a mi. Xes Esûl
          -Del libro Hesheim, Iricita-

lunes, 28 de junio de 2010

MI muerte 2 (parte 1)

Y ese día estaré quieto, hincado sobre el dorado cojín y portando el elegante vestuario negro. Ese día cruel será cuando mis manos esperen temblando el cambio…

El halcón estará observando detenidamente y yo tan orgulloso de la progenie que enaltecerá con el fruto de su vida la vida en la tierra… pues yo lo abandonaré más pronto de lo que quisiera, y así con el gran filo reluciente en su mano baja la mirada, pues en sus mejillas corre un río, caudal de añoranzas, incertidumbre y nostalgia de viejos tiempos cuando él y yo solíamos volar juntos, creándole una corriente por la cual pudiera sobrevivir todos los años en los que yo no lo pudiera alcanzar -¡que orgullo!-, poderlo observar en el mejor de sus días, noble, fuerte, un guerrero digno del león amorfo con ojos llenos de un fuego sosegado por el momento… por mi adiós.

Miró en secuencia hacia la izquierda y la desnudo con mis ojos por última vez con tanta ternura y pasión como la primera vez que la amé. Ella es mi todo. Recuerdo, y con gran alegría; esos momentos que disfruté con ella, cuya mano me siguió en el camino, cuya mirada me cautivo desde la primera vez. Le agradezco haber seguido mis locuras a través de tantos años, de tantas discordias y de tanto amor. Pero a a pesar de todo está aquí, acompañándome en  la última de mis demencias. y la hermosa e igual de digna que el ave resplandeciente que se posa frente a mí  la acompaña, hija entre hijas no desea que esto pase, yo sé que estará bien, lo sé por que la crié y heredará lo mejor.

Como desearía poder seguir escribiendo, poder decir que soy el rey eterno, pero no en esta vida, no en este cuerpo decadente que ha visto el caer de las hojas y nacimiento de los brotes rosas del cerezo tantas veces.  Hoy mi respiración se corta pero sigo recto, sin movilidad, ya seré capaz de observar las llanuras doradas y el cielo negro pero brillante por el cual mi esencia espera. Hay muchas miradas ese día, marchando llegarán,  con miedo – y con morbo en demasía – observan el caer de aquel que osaron amar o insultar, últimamente rondan las sombras con sonrisa por fuera, rabia por dentro. Pero yo los conozco, desde hoy y antes de esos días, se lo que son, se lo que quieren y de eso nada les tocará. Solo daré mi vida a aquellos que amo, que lo merecen.


El último rey será de los últimos en llegar, de los 4  el será el sobreviviente, y mientas observa a los príncipes yo me doy cuenta que durante años deseará volver a vernos reunidos, pero solo en imágenes quedará el triste recuerdo, le dejo ver mi sonrisa, aquella que en algunos años brillaba, ahora delinea las marcas de la madures por las cuales me han alabado. Cosas efímeras…



domingo, 27 de junio de 2010

En ti pienso

                                                  Vafix ti Vafixic
                             SBIkyu



Lenta, ingrávida, silenciosa, así es tu marca; como un firme cincel que inescrutable recorre la lápida por donde sus letras se mostrarán orgullosas -pero crueles-, y delinearan tan grandes tus acciones, recorrerán el marco de mi ser y llegarán a llenar de palabras, de sentimientos erróneos y tal ves errantes que un día se atreverán a reírse marcando el cruel adiós. Y me gustaría hoy que observaras detenidamente esto, que en la teoría, que en un sistema al  parecer incorrecto te estás sumando, sin avisar... tomándome de sorpresa y aún así no me sorprendo. Pues suelo ser así, suelo jugr conmigo mismo y sin elocuencia me arrojo sobre la perdición.

En ratos odio parecer diáfano y querer obligarme a no serlo , pero tu eres tan... y así un silencio prolongado, sin prisa, no sé que responder ante mis propios delirios, no sé que eres para mí. Te pierdo en las puertas de mi entendimiento y es que se supone que no te quiero, que no siento que no pienso en ti, pero sin problemas escribo mis añoranzas mientras espero a que llegues y y  desenredes mis emociones. que en el desahucio de mi vida está mi querer por ti...

jueves, 6 de mayo de 2010

Rushu Ji Evu

Alas del Norte.

En el cielo delineas y marcas como un ángel la figura de tus sueños. Hoy pareciera que la inocencia e inexperiencia de tus alas pasadas ha sido suplantada ya por unas más grandes y bellas, aunque diferentes.

Y aunque me duele no estar ahí, surcando el cielo como dos aves en el firmamento dorado; me encuentro feliz, regocijándome de tu vuelo, de tu nueva madurez y de tu belleza infinita, aquí en la tierra es difícil encontrar ese delirio mio, ese que solo se puede llamar TU.

Te amo, bien aventurada mujer, ave, angel que se aleja de mi, que nunca podré alcanzar, que huyes de mis brazos locos y embelesados por tu silueta. Odio también esto, verte escapar y dejarme aquí, no querer que te siga y te apoye, pues ya puedes volar sola. De hehco y aunque duela  aceptarlo siempre lo hiciste, y mi capricho fue sostener lo insostenible, oh alma pura y blanca.

Aunque no lo quieras, aunque no lo pida y duela, te amo y te odio aunque el viento lleve el viento hacia el sur..

miércoles, 5 de mayo de 2010

Relatos del miércoles


Viejas Eras 
parte 6
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Los ojos de Leonel se abrieron de poco en poco, como si hubieran estado congelados durante la noche, se levantó al principio débil sin noción de lo que sucedía alrededor de él, su mente estaba blanca. Su boca tenía un sabor grabado a metal así que escupió encontrándose con tintes rojos, fue así como cayó  en si. giró a la derecha y observó una bella figura, era Arlette postrada sobre el piso con su hermosa blusa blanca manchada ya por la tierra donde se hallaban junto con una rasgadura del tamaño de un puño sobre su vientre.

-¿Qué ha pasado? - se decía a si mismo el joven. Miró a su compañera durante un rato, realmente no conocía a nadie más bonita que ella. Se levantó viendo a la gente huir de ellos, parecían a vista de todos los transeúntes como vagos. Leonel se limitó a sacudir sus pantalones llenos de tierra y caminó hacia la acera, era un día nublado y frío, parecía que habían dormido sobre el camellón toda la noche.

Buscó en sus pantalones y halló su celular, en el había decenas de llamadas de sus padres, estaban preocupados pero lo sucedido sería difícil de explicar y aun tenía que poner a salvo a su compañera. Tomó el celular y llamó a la primera persona que le llegó a la mente, Karina, una buena amiga de la secundaria y que vivía a dos cuadras si es que recordaba podría ayudarlos...

El tono se escuchó y nadie respondió, algo más en que preocuparse. Se disponía a despertar a la mujer cuando sonó su teléfono. - ¿bueno? - contestó rápidamente.

-!Karina! - prosiguió - Pues he estado mejor... de hecho hay algo que tenemos que hablar...

*                    *                    *                     *                    *

Leonel se recostó en la silla parecía que había estado en vela durante toda la noche pues nunca se había sentido tan bien y con sueño. - Gracias niña... por la ayuda - le dijo a Karina, esta de tes morena regresó de la cocina y colocó un vaso de agua delante de él.

-¿Qué pasó Leo, es la primera vez que te veo así y esa chava que onda?

-¡Es una historia larga, no creo que me creas - Leonel rió un poco histérico como tratando de hacer una defensa mental. Trató de explicar lo sucedido lo más coherente que pudo, esa historia tenía más fantasía que realidad pero la mujer no hacía ningún tipo de expresión, escuchaba atentamente.

Al final terminó de contar y karina dijo - haces que realmente sea difícil creerte Leo...

-Lo sé pero esa es la verdad ¿cuando te he mentido? - Leonel lanzó una mirada retadora

Karin desvió la mirada, en tantos años de conocerse él siempre le había hablado con la verdad, - No importa que motivos tienen o tu tienes para estar así pero... sabes que siempre puedes contar conmigo.

-Gracias pero solo necesito un pequeño favor y realmente si esto sigue así no quiero involucrar a más personas... - El joven se levantó, una punzada recorrió su espalda, era tan fuerte que cayó al piso lanzando gemidos y maldiciones al azar, su amiga corrió a apoyarlo pero él ya estaba inconsciente...

jueves, 22 de abril de 2010

Relatos del Miércoles (en jueves de nuevo)


Viejas Eras 
parte 5
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Sus manos se encontraban en el  volante, y sus pies se habían clavado en el acelerador, pero no sabía realmente lo que sucedía cuando entró en si misma. Las lágrimas recorrían sus tersas mejillas formando pequeños ríos, aquello la tenía sorprendida pues era como si un ente tomara posesión de sus extremidades y sus lagrimales reaccionaran con el miedo y la adrenalina. Y escuchó por fin todo su alrededor, el carro rugía del esfuerzo provocado por la aceleración, ahora ya se encontraban lejos de la zona de los hombres extraños y eso la aliviaba un poco.

Arlette ya no podía oir la voz en su interior y esta fue remplazada por la de su compañero, era normal, incluso un poco sosa pero había algo en ella que la enloquecía pues, no sabía si apoyarse en ella u odiarla.

-¿Gracias, no se realmente como agradecértelo? - Leonel dijo, pero su compañera seguía en un trance, ahora moral. Y antes de que pudiera responder observó asustada el retrovisor, pidió que eso realmente fuera un sueño. Tres mercedes se acercaban por detrás el brillo de la carrocería negra que reflejaba la luz de los postes parecía dar un estilo elegante a la muerte. 

Un disparo hizo reaccionar a la joven, quien gritó desesperada al igual que su acompañante, pero el resto de su cuerpo mantenía el carro firme. 

-No... - se oyó de los delicados labios de Arlette

-¿Estás bien? - el el grito del hombre no fue bien recibido.

-No...N, No - más lagrimas brotaron -Mam..á, pa... Ant..

Leonel acercó su mano hacia su compañera aún bajando la cabeza por el tiroteo, pero ella estaba desecha, después de todo el destino le había jugado una mala pasada, y para ella era el final de camino, con sus ultimas fuerzas manoteó hacia su compañero.

-¡Dejame!- y un llanto volvió - sa..lvenme... -  la voz entrecortada de Arlette se vio avasallada por gritos enfurecidos de los hombres que se acercaban a gran velocidad en sus lujosos carros. Una bala surcó la distancia, rompió el vidrió anterior del Beetle e impactó en la cabezera del asiento del joven Leonel y en su nuca dejándolo postrado sobre el tablero, inerte. Las manos en el volante dieron un vuelco enorme al entrar en un estallido mental y el carro se estrelló contra la cerca de un campo de entrenamiento.


*      *       *        *         *


Ahora, no eran lagrimas, la escena estaba teñida de carmín, pero Arlette solo podía sentir una pulsación de dolor en su cerebro al palpitar rítmico de su corazón, no sabía donde estaba ni podía recordar nada, solo miraba la destrucción y el fuego sembrar miedo a su alrededor y al cuerpo al parecer sin vida del acompañante.

Los carros se detuvieron a sus costados, de ellos solo pudo distinguir unos mocasines negros y otros zapatos que se acercaban corriendo a la escena, pero no razonaba la escena, sus manos estaban bañadas de algo, de un líquido, pero no concibió que era su propia vida que tocaba sus dedos.

-¿Qué ha pasado? - dijo uno de los hombres.

-¡Te lo chingaste! - dijo otro

Un tercero colocó las manos sobre la cabeza de Leonel y la jaló hacia atrás. -Está vivo... - todos maldijeron y otros descansaron, jalaron de los pelos al hombre y lo aventaron hacia el suelo. unas manos recorrieron el rostro de Arlette, parecían hornos andantes en comparación al frío que la tomaba.

-Está gravemente herida - dijo un hombre afuera del transporte destruido

Aquel que garraba y recorría su cuerpo, gravando  su cálida esencia dijo - No hemos venido para salvar a nadie, solo por Miukim. Déjenla morir.

-¡El rey eterno! - rió al acercarse al cuerpo - puras idioteces -. De una patada giró el cuerpo y este quedó boca arriba. Leonel se encontraba dormido,  roncando como si no hubiera pasado absolutamente. El hombre de trajo gritó furioso... a Arlette le pesaban los ojos, los parpados y se cerraban como puertas pesadas. parecía encontrarse cubierta de nieve, congelada y mareada, su vida la recorrió en un instante pero no dijo nada, solo miraba hacia el firmamento estrellado, negro, triste como el momento en que perdió todo.

-¡Qué mierda! - escuchó ya sin poder enfocar, parecían lejanos, gritos, tiroteos, maldiciones, golpes, destrucción, todo le era ya un a ilusión.

-¡VU SUV MIUKIM; XIW TI MUC MELLOTS TI ZIRGOS!...- y así un alma pura y blanca abandonó sus ataduras carnales, dirigiéndose a los desconocido, perdiendo todo en el camino que alguna vez osó amar... 


-¿estás bien?- un sonido reconfortante...


continuará...










jueves, 25 de febrero de 2010

Breves delirios de jueves

Variantes

Hoy este ensueño pacífico y claro como el agua se ha visto manchado.

Hay dentro de mi una cierta incertidumbre inexpresable, inalcanzable  y que no puede ser llenada ni por el más grande conocimiento; ¿que es lo que siento? nadie lo sabe, pero hoy recuerdo que hasta el más fino pensamiento es entrecortado a través de un espacio infinito que muestra la grandeza de una imaginación al fin y al cabo será, ¿un conjunto de realidades alternas?, donde acaso tu te ciernes  en ellas como una persona que no eres. Pues así todos pertenecemos a imágenes erróneas de nuestra percepción , todos y cada uno de nosotros nos anidamos en otro ser, en sus recuerdo y sus juicios; ¿pero realmente seremos así?, todos, absolutamente todos somos diferentes en cada mente, con algunas variaciones o similitudes.

¿Que pasaría si cada cosa que pensamos fuera real en otro plano?, nada, pues nada ha pasado, pero si realmente coexistimos de una manera que no pensamos con nuestros pensamientos o sueños, realmente estaría bien imaginar cosas malas, pues entonces se podría decir que todos, o nuestras otras partes de nuestro todo ya han: volado, matado, salido, amado, secuestrado, echo lo peor que pensemos, o lo mejor que hemos imaginado.

Aún hoy no hay forma de saber hasta donde podemos llegar...

miércoles, 24 de febrero de 2010


Viejas Eras 
parte 4
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El sonido de las llantas dejó atrás todo  ruido, uno de los hombres de traje metió la mano a su saco de forma agresiva, pero el otro lo detuvo haciendo un gesto de desaprobación; el carro se perdió a lo lejos.

Ya dentro del vehículo leonel se sintió liberado, en su  reducido asiento de piel nada pasaría, por lo menos no lo encontrarían rápidamente; un resoplido salió accidentalmente a través de su boca y se aplastó como si pesara toneladas. Durante un largo tiempo el carro parecía una morgue, nadie hablaba, el silencio era inevitable como el haberse topado esa noche tan extraña. Al poco tiempo aquella falta de dialogo comenzó a desesperar a los jóvenes.

-Gracias... por el aventón - concedió él, pero poco a poco se iba dando cuenta de que estaba con una de las mujeres más hermosas que había visto.

-No tienes de qué - dijo ella. Un semáforo los detuvo en la gran avenida que era insurgentes; - además parecía que morirías si no te abría la puerta - lo miró extrañada, pero en su trono había algo dulce, algo que no hacía notar sus verdaderos sentimientos de cautela.

Leonel lo primero que observó, fueron sus grandes ojos que lo hicieron girar la cabeza frenéticamente hacia la ventana, pues eran como dos armas que apuntaban decididas a disparar. - No... es que...mi mamá esta... - realmente no podía decir la verdad, si lo hiciera en ese momento la bella mujer lo tiraría de puro miedo a la transcurrida calle y moriría aplastado, pero no había pensado en una excusa así que tragó saliva y vociferó lo primero que se le vino a la mente - ¡Si eso es, mi mamá está enfer... se cayó y se rompió un pie!

-Lo dices muy feliz, ¿no lo crees? - Arlette vio el semáforo conceder el paso y solo echó una fina sonrisa que Leonel no pudo ver gracias a que de la pena evitaba cualquier contacto visual. Mientras manejaba ella se acercó a su radio y apretando unos botones una melodía comenzó a sonar.

-¿apoco te gusta Enero? - volteó Leonel muy sorprendido.

Arlette afirmó suavemente esquivando un carro que pasaba a su lado -Lo extraño es que a un hombre le guste esa canción...

-Es que tengo una hermana... - los dos sonrieron y la platica se amenizó conforme el tiempo pasaba, hablaban de cualquier cosa, y así viajaron a través de la ciudad. En cierto momento al entrar a la avenida central, una grana avenida con varios carriles en ambos sentidos, solo separados por el sistema de trasporte colectivo. Así se encontraron  en medio de esta un aplazamiento policíaco que formaba una larga fila de carros de la cual no tuvieron escapatoria.

Leonel se dispuso a mirar el video que su amigo le había grabado, en él se divisaba los hombres hablando con la maestra y un acercamiento al logo que traían en el portafolio, era un rosa de los vientos de color blanca  - no quiso mirar más y se dispuso a mandarlo vía mensaje a su hermano Raúl junto a un mensaje que decía:

Ya voy para mi casa, 
ten cuidado con estos tipos.


-Esto no parece el alcoholímetro  - dijo Arlette ,- ni siquiera parecen policías -. Leonel le respondió con algo al azar, simplemente estaba inmerso en el video. El tiempo transcurrió lento mientras seguían hablando esporadicamente los muchachos, pero los ánimos de hablar se iban a pagando como un cerillo en el agua; pues ahora las contestaciones de ambos eran falto de emoción, pues rondaban por las diez de la noche y el cansancio de la clases los había abatido.

Al cabo de un tiempo faltaban ya un par de carros para que su turno de cualquier cosa que estuvieran haciendo les tocara, Arlette con tono cansado y un bostezo dijo -no parecen policías ... - al oír esto a leonel se le congeló la sangre y su corazón comenzó a dar latidos tan fuertes como si alguien estuviera golpeandolo desde dentro, miró tembloroso hacia delante y con miedo vio como la rosa de los vientos se marcaba en los trajes parecidos a policías.


-Arlette... - Leonel gesticulaba como un robot cada palabra que podía pronunciar y señaló hacia los hombres uniformados; - Por favor,acelera


-¿Que dices? - saltó de su asiento 


-acelera., acelera - al joven hombre le dolía el pecho, el miedo lo había echo preso de sentimientos que nunca pensó experimentar en su vida, veía la muerte sentada en el asiento trasero del carro, riendo  y tocando su hombro izquierdo con garras malditas. Un sudor acarició su frente y recorrió su nariz, la mujer notó el tenue brillo cristalino bajar lentamente  en el semblante de su compañero.


-¿Estas bien leo? - se acercó a él, pero parecía estar en un trance, no respondía a ningún llamado. Fuera del carro la mujer divisó a los hombres acercarse  con un aparato cuadrado y señalaban hacia el beetle, a ella también la tomó la desesperación.


-¡Bajen del auto! - un uniformado sacó una pistola y apuntaba hacia la conductora del carro, que presa del pánico sus ojos se llenaron de lagrimas, -¡bajen ya! - repitió el hombre soltando golpes en el vidrio.. Arlette comenzó a llorar y lanzar sollozos. No entendía lo sucedido, ella no era culpable de nada. Bajó la mano se disponía a abrir la puerta pero un fuerte tirón la detuvo y al mismo tiempo nada la tocaba. angustiada  intentó de nuevo pero no consiguió poner la mano sobre el botón por segunda vez. Busco consuelo en otra parte y eufórica miró hacia Leonel, cuyos ojos se iluminaban como la luna se cierne sobre la oscuridad absoluta, tenían  unos destellos amarillos.


Algunos pensamientos se mezclaron en la memoria de la mujer de ojos verdes y tez blanca, sintió como si un viento la arrollará con fuerza monstruosa nunca en su vida había sentido algo tan potente. Uuna llanura blanca se  dibujó como un lienzo en sus pensamientos, los escasos árboles se quemaban con auras negras, las imágenes de varios sucesos incomprensibles por ella pasaban frenéticamente hasta que solo en su mente anidaron esos brillos ambáricos que le hablaban sin que la voz de nadie se escuchara. Era el sonido de un hombre adulto, fuerte pero soñadora.


Arlette se movió como una serpiente guiada por el movimiento de una flauta, estaba hipnotizada, tomó la palanca de velocidades y aceleró a fondo llevándose en el camino a dos hombres que terminaron por estrellarse en el suelo...





CONTINUARÁ 


domingo, 21 de febrero de 2010

Imagen de la semana


La delgada linea entre elegancia y habilidad, así se mezclan las emociones entre los aplausos de las animas que observan ante los bellos cisnes que se abalanzan sobre un interminable campo gélido.

Que perfección y sueños entre juntados esperanzas y magia se desplazan mediante un baile sensual, carismático y sincronizado que trazan delgadas lineas de palpitación y sueños gemelos. Así dos almas cantan libres, dejando todo tipo de pensamientos atrás, un error y la belleza se quebraría dejando un triste y áspero dolor, allá afuera todo se queda exceptuando por el ligero y delicado sonido de la vida.

Quisiera saber si algo es tan especial y casi tan perfecto como esa danza de hermosas y delicadas figuras qeu esperan al final, deleitar siendo juzgados por los guardianes, si el duro suelo que los sostiene si tuviera corazón, extrañaría esas entes que lo osan engalanar con ligera y ágil gracia, y nunca dejarlos escapar...


miércoles, 17 de febrero de 2010

No poema (3)



Pequeños Utuc
Una obra a tus ojos
Hoy caminando supe la verdadera belleza,
la vi a ella, tan hermosa 
con su mirada perfecta.
hay veces que no puedo pensar más que en ellos
esa luz que me ilumina, y me guía.

y se han quedado grabados en mí
me giró y vuelo tratando de esquivarlos
no puedo...
¿es que será realmente que me gustan?.
hoy por hoy diré que me encantan,
que me impulsan a vivir pero aún así me matan;
Pues son 2 armas incandescentes con luz brillante
que apunta a mi alma y desata todo tipo de emociones 
diversas y vivas, como el mismo dolor de no tenerlos.

No puedo pensar más allá,
en el mas allá de tus destellos
de tus flechas de luz...

Relatos del miércoles


Viejas Eras 
parte 3
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Un sentimiento sobrecogedor invadió desde adentro a Leonel, caminó sobre la cera con paso apresurado maldiciendo al azar sobre su hermano - maldito Eds, mierda... - continuó durante un rato más de la misma forma mirando hacia el suelo hasta llegar a las rejas verdes de la universidad, siempre custodiadas por los guardias de seguridad, en el momento que levantó la mirada miró de reojo una persona alta de traje, sin pensar y solo acompañado por su nerviosismo sacó su credencial y se la mostró a hombre que custodiaba la entrada, así a paso rápido se escondió en los arbustos, aún así todas las personas lo miraban tachándolo de excéntrico; Así se sintió al observar que el hombre de traje no era nada más ni nada menos que un estudiante de gastronomía... 

-¿amigo? - llegó una mujer alta y blanca.
 
El muchacho de pelo negro se echó para atrás casi tropezando con el muro de plantas  de la pura impresión -¿que hacías ahí? - señaló hacia el pasto

-¡Gaby!, es que... - pensó rápidamente en una contestación razonable -¡ se cayó mi lápiz !

-bueno... -dudó Gaby, peor no encontró algo ilógico en la contestación de su amigo - ¿oye me acompañas con la coordinadora?, necesito ver lo de mis horas beca.

Leonel miró hacia todos lados como un suricato buscando águilas en el firmamento - es que tengo que llegar tem...

Su amiga lo interrumpió -esta bien... ya me has demostrado tu amistad - Leonel sabía que era un plan con maña, y al final cedió, pues parecía que a él no lo estaban siguiendo

Caminaron hasta el edificio donde se hallaban los coordinadores de las diversas carreras del campus. Subieron y en las escaleras se toparon de nueva cuenta con Carlos y con un compañero  que solían llamar Boby, este último los saludó argumentando haber olvidado algo en la coordinación y salió volando.

Mientras tanto los demás caminaron a paso lento hacia el piso superior - hay alguien que preguntó por ti chango - se dirigió hacia su amigo 

-¿que? - un escalofrío recorrió la espalda de Leonel como si una lagartija eléctrica y congelada subiera a través de él; se detuvo a escuchar todo

-si no oí bien pero creo que te quieren aumentar la beca

-¡que bien amigo es lo que querías desde el primer semestre! - dijo Haby sonriendo
 
El mundo se detuvo por un momento, eran solo Leonel y sus pensamientos, lo demás era una mezcla de alaridos sin sentido para él, y supo que trabajaban en conjunto con los hombre que Luis evitó, ¡hasta usaban las mismas tretas!. -¡ no mames! - se le salieron las palabras e hizo  una cara extraña de arrepentimiento y susto.

-¿ que te pasa, te pusiste pálido? - se acercaron sus amigos para examinarlo

la contestación de Leonel hizo que los demás dieran un brinco para atrás - ¡Wey necesito que vayas y grabes lo que más puedas a esos tipos!

Carlos recibió el celular de su amigo pero estaba extrañado -¿para qué?

-por favo necesito que lo hagas rápido y si alguien viene me avisas - los ojos de Leonel estaban llenos de preocupación y su amigo lo comprendió al instante, salió corriendo hacia la dirección.

Gaby también se contagió de la preocupación de él al oír rebotar las suelas de los zapatos en las escaleras metálicas -¿que pasa Profe?

-no mames Gaby - por fin habló, resultaba extraño que dijera esas palabras enfrente de una mujer - están persiguiendo a unos amigos y creo también a mí, usaron el maldito mismo pretexto y parece que no tienen buenas intenciones en lo absoluto 

-¿por que lo dices? 

-mi hermano tiene malas calificaciones, no le pueden haber ofrecido una beca - Leonel se río ante la ironía, era una risa de desesperación también que se mezclaba perfectamente con la situación. No hubo tiempo para la plática pues Carlos llegó de forma tan exasperada que pareció haber salido de la nada.

Apenas pudo tomar aire para continuar -¡ ahí vienen, corre! 

- ¿pero que?  ¿tu? - Carlos o maldijo y le aventó el celular, lo apresuró y le dijo que no se preocupara; Leonel no lo volvió a pensar y dando un briincó se perdió entre la salida del edificio no antes sin oír un fuerte golpe dentro; pero sabía que no podía  mirar atrás, fuera lo que fuera tenía que salir con vida, en ese momento no pensó en las consecuencias empujando gente y esquivando todo tipo de obstáculos; finalmente salió respirando abruptamente por la boca, no tenía buena condición física, se reprimió mentalmente por ello. dando una mirada hacia atrás miró los dos hombres de pelo largo y traje fino correr hacia él, la noche  ya invadía el lugar remplazando los destellos dorados con los plateados y delicados rayos lunares.

Respiró profundo y corrió en dirección hacia el mismo lugar donde habló con luis unos momentos antes, la gente lo señalaba y criticaba, pero no había tiempo para ser sutil; no corrió mucho hasta encontrarse con una figura conocida, una mujer de la misma edad que estudiaba en su salón, para él la mujer más hermosa que había en la escuela; pero en ese momento no pensaba en nada más que en escapar y la vio sacar de su bolsa que hacía juego con su ropa unas llaves de un carro Beettle blanco, le surgó una idea que no se atrevió a juzgar.

-¡Arlette! - casi choca con la bella mujer y sus ojos verdes lo miraron extrañados, pues no era costumbre que él le hablara, pero aún así lo saludo sonriendo.

<> pensó él, pero un golpe de adrenalina lo hizo centrarse 


-¿puedes darme un aventón por favor niña? - a la mujer le sorprendió tanto la propuesta y se dio cuenta de la desesperación por salir de su compañero - ¿vives por...? - Leonel no dio tiempo de terminar la pregunta e inclinó la cabeza en afirmación. los dos subieron al carro y este arrancó velozmente...

CONTINUARÁ